Características Destacables

Persistencia en Boca
Un buen vino tinto se distingue por su final largo y placentero, que deja una impresión duradera de sabor y complejidad.
Cómo se Realiza
El Arte de la Paciencia y la Extracción
La elaboración de nuestros vinos tintos es un proceso que equilibra la tradición con la innovación, centrándose en la extracción cuidadosa de los componentes esenciales de la uva. A diferencia de los vinos blancos, el paso crucial es la maceración, donde el mosto fermenta en contacto directo con los hollejos y las pepitas. Esta interacción es lo que confiere al vino su color, sus taninos y sus complejos aromas.
El proceso comienza con una cuidadosa selección y despalillado de las uvas. A continuación, se inicia la fermentación alcohólica, que se lleva a cabo en depósitos a temperaturas más elevadas para facilitar la extracción. Durante este tiempo, se realizan remontados y bazuqueos regulares para asegurar que los componentes de los hollejos se integren uniformemente.
Tras la fermentación, el vino se separa de los sólidos y comienza la crianza. Es aquí donde muchos de nuestros tintos se transfieren a barricas de roble francés o americano, donde maduran durante meses o años. Este envejecimiento en madera no solo suaviza los taninos, sino que también aporta nuevas capas de sabor y aroma, culminando en un vino con una personalidad única y un potencial de guarda excepcional.

Cuerpo y Estructura Definidos
La presencia de taninos aporta una textura robusta y una estructura bien definida que evoluciona maravillosamente con el tiempo.
Intensos y Complejos Aromas
Descubre un abanico de notas que van desde frutos rojos y negros maduros hasta toques de especias, cuero, vainilla y tabaco, fruto de su crianza.