
Nuestra colección de vinos blancos es una oda a la frescura, la elegancia y la diversidad. Cada botella es una invitación a un viaje sensorial, capturando la luz del sol en cada sorbo.
Características Destacables
Aromas Vivos y Vibrantes
Descubre notas que evocan a la fruta blanca madura, cítricos frescos y toques florales que llenan la copa de vida.

Mineralizada Elegante
Muchos de nuestros vinos blancos exhiben una sutil pero marcada mineralidad, un reflejo de los terruños únicos de donde provienen.
Equilibrio y Acidez Refrescante
La acidez es la columna vertebral de estos vinos, proporcionando un final limpio y prolongado que invita a un segundo sorbo.
Cómo se Realiza
El Arte de la Precisión
La elaboración de nuestros vinos blancos es un proceso meticuloso que prioriza la preservación de su frescura y sus aromas primarios. Todo comienza con una cuidadosa vendimia nocturna o a primeras horas de la mañana, cuando las uvas están a su temperatura más baja para mantener su acidez y evitar la oxidación.
Una vez en la bodega, las uvas son suavemente prensadas para extraer el mosto (jugo), separándolo inmediatamente de los hollejos (pieles). Esta es una etapa crucial, ya que evita que el vino adquiera color y taninos. El mosto se enfría y se deja reposar para clarificarlo de forma natural antes de ser trasegado a depósitos de acero inoxidable.
La fermentación se realiza a temperaturas controladas y bajas, permitiendo que la levadura transforme los azúcares en alcohol lentamente, lo cual potencia y conserva los delicados aromas frutales y florales que caracterizan a nuestros vinos blancos. Tras este proceso, algunos vinos se crían sobre sus lías (levaduras muertas) para ganar volumen y complejidad, mientras que otros se embotellan jóvenes para preservar al máximo su vivacidad. El resultado es un vino nítido, expresivo y perfectamente equilibrado.